miércoles, 21 de agosto de 2013

Indignaos, Evo planta a Cala

Rubén D. Atahuichi López 
11 de agosto de 2013
 
Este Evo Morales no sabe de cumplir sus compromisos, ha dejado calato a uno de sus entrevistadores (por lo menos hasta la noche del viernes). Dejó a Ismael Cala, periodista de CNN, como novia en el altar, sin entrevista, que después de lloriquear toda la noche del jueves, y por varios canales de televisión, respira hondo y luce su orgullo: al cabo que ni quería entrevistarlo.
No es la primera vez que el hombre hace eso. Lo han sufrido varios colegas, ene veces. Una vez, cuando aquél, el Evo, era todavía diputado, rompió abruptamente la charla y me dijo: “Compañero, si me va a cortar, terminamos aquí la entrevista”. Este pinche periodista (o sea, yo) masculló el error de hacerle la pregunta difícil al impensable presidente de años despúes.
Otra vez, ya cuando Morales era el Jefazo, como diría Martín Sivak, me hizo madrugar dos veces a las cinco de la mañana para entrevistarlo en el Palacio de Gobierno. La primera ocasión logré ingresar en la sala del gabinete, con ministros de testigo y entre ellos los bullangueros Pablo Groux, Nardi Suxo y Roberto Aguilar. Nada, me canceló la entrevista arguyendo su casi siempre moquillo. La segunda vez, “por su agenda apretada”.
Pero la ministra Amanda Dávila se encargó de reparar el desplante en una tercera ocasión y una cuarta de yapa, hace poco.  No recuerdo que el desaire en contra de este pinche periodista haya causado tanto furor entre los colegas. ¡Cala es Cala, y de CNN!, dirán con tanto aprecio a lo ajeno.
Si Evo supiera que este mismo Cala salió trasquilado de una entrevista que le hizo al periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, al que saliéndose de los estribos le dijo “autoritario”, quizás otra era la historia. Pero el tal Cala logró siquiera preconfirmar su charla con el Morales presidente (y el viernes se decía que al final iba a haber esa entrevista).
Hasta por lo menos la hora en que Cala denunció que Evo no lo recibiría, nadie decía nada de él más que repetir su mensaje de autoestima profesional en las redes sociales. Después, Cala fue el tal, con un orgullo que ni lo cuento... “En mi carrera, nunca volveré a gestionar una entrevista con el presidente Evo Morales”, repitió. Ahí está, pues, igualito tuvo que hacerlo el viernes. Indignaos, Morales ha desairado a un colega venido de lejos, con poco oxígeno.

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