El lunes 12 anunció su renuncia al Movimiento Sin
Miedo (MSM), partido al que cuestiona haber dejado en 2010 su alianza
con el Movimiento Al Socialismo (MAS). Sin rencores, aunque con serias
divergencias, el diputado Javier Zavaleta López se confiesa: dice que su
antiguo partido se ha alejado de la izquierda y quisiera que en las
elecciones de 2014 el presidente Evo Morales vuelva a ganar.
“Que termine la Agenda 2025, una medida, no de un político ni un
partido, sino de un estadista. Morales ha pasado de ser un dirigente a
un estadista con este plan 2005 que nadie lo hizo”, comenta en
entrevista que concede a Animal Político en una oficina prestada del
senador Adolfo Mendoza.
— Estuvo cabreado alguna vez…
— Sí. En 1999, el sistema neoliberal estaba en auge, con Gonzalo
Sánchez de Lozada, y luego del escándalo del gobierno del Movimiento de
la Izquierda Revolucionaria (MIR). Había motivos para estar cabreados.
— ¿Cómo conoció a Juan del Granado?
— En 1997 yo fui candidato de la Circunscripción 9, de la zona Sur de
La Paz, por el Eje Pachakuti. Entonces me ganó Luis Alberto Chito Valle
con un increíble aparato, además estaba Hugo San Martín. También Luis
Revilla, por el Movimiento Bolivia Libre (MBL). Fue en esos debates y la
presentación de candidatos que nos conocimos, y ahí Del Granado, que
planeaba dejar el MBL, me planteó construir algo nuevo. Junto con otros
nos reunimos para planificar y hacer análisis político en seis u ocho
meses, hasta que tomamos la decisión en 1999.
No
éramos muchos, pocos salieron del MBL. Con otros que llegamos de otros
frentes, no éramos más de 30, decidimos fundar el MSM.
— Es similar lo que le pasa con lo que le pasó a Del Granado, una escisión.
— Por eso me extrañan las declaraciones de su esposa (Marcela Revollo) y
de otros dirigentes. De éstos entiendo, son nuevos y no vivieron esa
historia, pero de su esposa, que quiere rasgarse las vestiduras sobre lo
que pasa, porque lo vivió en el MIR y en el MBL lo mismo: una escisión
por cuestiones ideológicas.
— ¿Cuándo habló por última vez con él?
— En 2010.
— ¿Por qué dejó de hablar con él?
— Cuando suceden las fricciones con Evo Morales y el MAS, comienzan a
verse posicionamientos. Él, mucho más duro e inflexible en su crítica al
Presidente y yo seguía en la misma lógica de ser crítico, pero desde
adentro.
Él ya vislumbraba la idea de la ruptura.
Cuando se dio, yo insistía en la posibilidad de volver y tratar de
recomponer las cosas. Las reuniones eran un enfrentamiento de
posiciones, yo votaba a favor de las iniciativas y ellos, como Revollo,
en contra. Ya había fricciones que fueron complicándose, especialmente
con la dirigencia nacional. Ya no había motivo para reunirnos y pelear.
— Es ingenuo pensar en la vuelta, considerando que el MSM era potencial contendor del MAS.
— Sí. Sin embargo, era necesario. Es decir, son esas decisiones que se
toman sabiendo que se va a enfrentar contra algo muy difícil de hacerse
realidad. Yo estaba convencido de que era una alianza que se
complementaba: clase media del MSM y proyecto más rural del MAS.
— Venía advirtiendo con renunciar al MSM desde antes de 2011, ¿qué le cabreó otra vez?
— No venía anunciando con renunciar, no estaba en mis planes. Seguía
peleando por que esto se reconduzca, aunque me estaban amenazando desde
2011 con expulsarme…
— Anunciaban un proceso en su Tribunal de Ética.
— Sí, procesos a los cuales no les temo. Así fue la cosa.
— ¿La ruptura MSM-MAS incidió en su decisión?
— Sí, pues, fue lo que finalmente gatilló mi decisión. En los últimos
meses ya no había absoluta coincidencia con las decisiones que tomaba la
Dirección Nacional del MSM. En 2010 había algunas cosas que se podían
discutir, pero en 2012 ya no coincidíamos un ápice.
— ¿Por qué cree que se rompió la alianza? ¿Distanciamiento ideológico o intereses electorales?
— Ambos. El MSM tiene una nueva dirección nacional, con gente nueva, ya
no son los fundadores de 1999, y comenzaron a darle otras
características; era natural que cambien de posición. Además, Del
Granado deja ser alcalde y automáticamente se proyectaba para un
escenario nacional. Era comprensible que pretendía disputarle la
presidencia a Evo.
— Se puede inferir que usted es un librepensante del MSM.
— El término librepensante ya tenía un doble significado y ahora tiene
otro con el grupo de disidentes del MAS. Yo no me arriesgaría a
catalogarme en ese grupo ni dar la sensación de que estoy en un grupo
parecido. Cierto, tengo diferencias de pensamiento con el MSM y ésas han
sido la razón fundamental de mi renuncia. No le he robado al MSM ni hay
actos de corrupción, salvo diferencias políticas.
— ¿Zavaleta tránsfuga?
— No, esa figura está establecida en la Ley de Partidos Políticos y
para llegar a decir eso tiene que comprobrarse. Eso tiene que definirlo
una autoridad competente y tengo entendido de que el MSM va a seguir ese
camino. Será, pues, un juez o una autoridad que determine si hubo o no
transfugio.
— ¿Cuál es su condición política actual en relación al MSM?
— No respondo a la estructura orgánica del MSM y todas las acciones
políticas de ese partido no me corresponden, ni las mías afectarán al
MSM. Es un total alejamiento.
— Siempre dijo que usted es de corriente de izquierda, ¿no es de izquierda el MSM?
— Desde que entré a la política, desde la universidad, siempre hice
todo lo posible por estar en la izquierda; eso es lo que requiere el
país. El movimiento popular ha sido el que fue excluido, marginado e
incluso menospreciado en su propio país. Necesitamos reequilibrar esa
balanza, por eso es que me asumo de izquierda.
En los
últimos meses, ante la ruptura con el MAS, el MSM ha comenzado a tomar
decisiones muy cercanas a la derecha, al conservadurismo y a esa
corriente de los partidos tradicionales, de Samuel Doria Medina, Jorge
Quiroga y los resabios del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
No le definiría al MSM como un partido de derecha, serán los dirigentes
y la sociedad los que lo juzguen. Sí puedo estar convencido de que se
ha alejado de la izquierda.
— ¿Cómo define al MAS?
— Es el movimiento popular hecho partido, porque son las organizaciones
que, a través de prácticas propias en el MAS, constituyen su estructura
de partido. El liderazgo del presidente Morales no es uno de un
político más, sino un liderazgo que engloba cuestiones culturales,
étnicas y origen rural-campesino. Es un partido completo en cuanto su
fisonomía popular, al que el vicepresidente Álvaro García Linera le dio
un contexto académico para darle una fisonomía de izquierda.
— Alguna vez admitió estar cerca del MAS, ¿ahora es del MAS?
— Yo diría que sí, estoy dentro del MAS, lo he estado desde 2006.
Cuando tuvimos una alianza desde el MSM, incluidos Revilla, Del Granado y
otros diputados, tomamos la decisión arriesgada y temeraria de darle
apoyo incondicional al Presidente; es decir, retirar nuestra sigla e ir
con la sigla del MAS. Por eso es que la papeleta electoral dice MAS, sin
alianzas, ni siquiera un asomo de verde (el color del MSM).
Asumimos en su totalidad el programa de gobierno del MAS, porque en ese
momento nosotros no habíamos elaborado uno; además, repetimos y
ratificamos la alianza en 2009. En 2005, cuando ganamos las elecciones,
los diputados del MSM participamos en la bancada del MAS durante cuatro
años. Sigo en ese proyecto, respaldando al Presidente, al MAS y al
proceso.
— ¿Tanto ha sido el compromiso del MSM, como dice, que se entregó completamente?
— Pese a que fue temeraria y arriesgada, fue una decisión valiente y de
avanzada porque nos despejamos de siglas, colores e incluso de
intenciones personales y decidimos apoyar al MAS, porque estábamos
convencidos de que es la opción que necesita este país.
Si bien fue una decisión bien compleja, fue una de avanzada de un
movimiento que estaba dispuesto a ceder sus aspiraciones en función de
un país. Así lo entendí; por una cuestión, a mi gusto, de forma rompimos
y al día siguiente el MSM comenzó a sabotear, boicotear y tratar de que
fracase eso que decidimos apoyar con tanta vehemencia en 2006. Para mí,
no era congruente; yo no tengo dos vidas y en esta vida quiero ser
consecuente y quiero terminar de hacer lo que he empezado, eso es tratar
de que Morales termine con éxito este proceso.
— ¿Y su curul?
— Desde que el MSM rompió con el MAS es tema de debate; el masismo dice
que es suyo y el MSM también, incluso hay gente que dice que el curul
es de Evo y Juan, los líderes. Es medio ocioso debatir eso, es mejor que
quien tiene dudas consulte a la autoridad competente y ésta que decida;
si decide en contra mía y tengo que irme a casa, no tengo ningún
inconveniente.
— ¿Qué proyección cree que tiene el MSM hacia 2014? ¿Es una apuesta también valiente y temeraria?
— Sí, temeraria, pero no valiente. Ha sido una decisión superficial
porque es muy difícil que en proceso de transición, como fue entre 2003 y
2009, aparezcan tan rápido dos opciones para conducir el proceso de
cambio. Entonces, pretender de un día para otro que Evo iba a deslucirse
o iba a surgir otra conducción del proceso, no era buen cálculo. Las
encuestas lo están ratificando.
— ¿Le da fe a una eventual victoria del Del Granado?
— El pueblo boliviano es soberano a la hora de tomar decisiones por
quien vea conveniente. Nunca me ha gustado ese tipo de cálculos. Pero
las encuestas están, lamentablemente, en contra del MSM.
— ¿Cómo va este proceso?
— Es exitoso. A veces, los medios de comunicación y el ruido que genera
la oposición no nos permiten ver con claridad la realidad. El BID ha
dicho que ésta es la tercera economía de la región. Durante décadas,
desde pequeño, he visto cómo mi país era el último de todos en los
índices de pobreza, mortalidad, inflación o macroeconómicos, siempre
peleando con Haití el último puesto y rara vez lo hemos ganado.
Ahora estamos peleando con grandes potencias este buen momento de la
economía gracias a una buena administración. Aparte de eso, Naciones
Unidas, la CAF, el BM y otras instituciones que reconocen nuestra lucha
contra la pobreza o el narcotráfico, sobre cómo hemos frenado los
cultivos de coca, cómo estamos empezando este proceso de
industrialización, cómo estamos avanzando en devolverle la dignidad al
pueblo boliviano, sacarle del analfabetismo...
Por
eso es exitoso. De que tiene sombras, las tiene, es real. Pero, hasta el
momento, esas sombras no son superiores a los éxitos que han tenido el
Presidente y el país.
— ¿Qué hizo mal el Gobierno y el MAS?
— Necesitamos impulsar un debate profundo sobre el nuevo ser humano. Ya
lo tenemos claro en cuanto al modelo económico y político.
Perfil
Nombre: Javier Zavaleta López
Nació: 20-08-1970, La Paz
Profesión: Arquitecto
Cargo: Presidente de la Comisión de Planificación de la Cámara de Diputados.
Carrera
Es actual diputado uninominal de la Circunscripción 8 de La Paz. Es uno
de los fundadores del MSM y fue director de Mantenimiento durante el
mandato del alcalde Juan del Granado. “Conozco La Paz desde sus bóvedas
alejadas hasta sus vertientes de ríos”, dice.
Publicado en el suplemento Animal Político de La Razón
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