lunes, 16 de septiembre de 2013

Tampoco, ¿eh? Un 11-S a la boliviana en La Paz

Rubén D. Atahuichi López / La Paz
15 de septiembre de 2013
 
Un par de vecinos, con una enorme bolsa de yogures y jugos escolares se acerca a un grupo de “vecinos” en la Costanera, más abajito del cruce de Següencoma. Quien recibe a la misión de Logística, Alimentación y Traslado Obrajes-Bella Vista de Promontorios del Gran Paro Cívico y Apolítico de la Vecindad Paceña y Ramas Anexas contra los Resultados del Censo 2012 y por la Compensación Presupuestaria para La Paz es el “coordinador”, un funcionario municipal, según nos cuenta casi de pasada uno de los cobloqueadores de la zona.
No sé si por los refrescos, necesarios en una mañana de casi 14°C en la ciudad, o por nuestra casual presencia en el lugar, el mitin ensaya un envalentonado y estridente ¡Viva La Paz, muera el censo, abajo el Gobierno! La cosa es que todos, una veintena de ciudadanos cabreados por los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se arremolinan sobre la pareja y extienden la mano por la ración líquida que les corresponde.
Sinceramente, en esta inofensiva y sublime protesta (esto es literal) no hallo ningún rasgo desestabilizador ni afán terrorista ni mucho menos golpista para recordar viejos y dolorosos onces de septiembre, como nos lo recuerda esta mañana el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
Aquellos onces de septiembre (ahora acorde a los tiempos decimos 11-S) fueron fatídicos: 1973, la muerte de Salvador Allende como consecuencia del golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile; 2001, el ataque terrorista a las Torres Gemelas y el Pentágono en Estados Unidos, y 2008, la masacre de Porvenir, en Pando, como el corolario de una seguidilla de tomas de instituciones por parte de grupos políticos conservadores en el oriente del país y otras ciudades.  Como verán, nada comparable con la remembranza del ministro a propósito del paro “cínico”, como llaman ciertos masistas.
Ay, Carlitos, tan sensato y prudente te conocemos, incapaz de un desliz fenomenal ante los ojos de la realidad. Si a ese 11-S le anotaste el paro del 11, este 11 de septiembre será también recordado como aquel 11 en que tus analogías y descripciones históricas tropezaron con la falaz comparación. De todos modos, servirá para recordar una fecha en la que los paceños nos cuestionamos por qué somos menos de lo que parecemos.

Artículo publicado en La Razón

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