lunes, 16 de septiembre de 2013

Frente Amplio, otro intento de UN

Parte-Contraparte

Rubén D. Atahuichi López
10 de septiembre de 2013
 
Samuel Doria Medina y Unidad Nacional (UN) acaban de consumar un nuevo intento por conformar un frente político (amplio, dicen) con miras a las elecciones generales de 2014, inicialmente, y las subnacionales de 2015. Se trata de un acuerdo cuya base es la experiencia que tuvo en las elecciones municipales de Sucre y departamentales en Beni, aunque los matices han variado un poco.
Basado en la experiencia de la Mesa de Unidad Democrática de Venezuela, de tendencia conservadora y posición recalcitrante ante los gobiernos del extinto Hugo Chávez y, ahora, de Nicolás Maduro, el dirigente de UN nunca cejó en la posibilidad de juntar a todos los partidos opositores al Movimiento Al Socialismo (MAS) en su afán de disputarle respaldo popular. De hecho, sin esa experiencia importada, Doria Medina debe ser uno de los políticos más persistentes del país, a juzgar por sus participaciones y derrotas electorales.
Lo destacable de esta iniciativa, para empezar, es la pluralidad con la que nace, con cuadros como la exguerrillera del Ejército de Liberación Nacional (ELN) Loyola Guzmán (fue constituyente del MAS y acompañó al Che Guevara), el senador de Convergencia Nacional (CN) Germán Antelo o la otrora analista política y precandidata Jimena Costa. Si bien en apariencia puede alimentarse de contenido ideológico, por lo menos en el caso de la expresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd), la convergencia de ideas se presenta muy dispersa y contradictoria en esencia, paradójicamente.
Es un intento al final, considerando que no hay cabezas más visibles en el incipiente pacto, que puedan traer consigo amplio respaldo electoral. Como saben los lectores, Doria Medina se desgañitó en tratar de conformar un frente similar en 2009, cuando tuvo que ser candidato por cuenta propia ante la negativa de quienes quiso en su afán, y recientemente, cuando invitó abiertamente a su propuesta a Rubén Costas, líder del naciente Movimiento Demócrata Social (MDS), y a Juan del Granado, jefe del Movimiento Sin Miedo (MSM), que también rechazaron la iniciativa.
Claro, el dirigente y empresario insistió ayer en su idea de convencer a estos dos últimos a sumarse a su proyecto, en una fase preelectoral que, en su criterio, pueda convertirse “en una avalancha de adhesiones”, mientras el Gobernador de Santa Cruz se apresta a firmar la fundación de su partido y el otrora alcalde de La Paz, a liderar un congreso en el que su organización política confirmará su candidatura y trazará las líneas de su participación en los comicios de 2014.
¿Hasta qué punto será capaz UN de lograr esa unidad que ansía? La respuesta no es complicada, tomando en cuenta que, en la experiencia reciente, no hubo posibilidad de que los otros líderes políticos cedan su candidatura a otro. UN acaba de romper ruidosamente su alianza con el MSM en el Gobierno Municipal de La Paz, muestra de que en estos tiempos no es suficiente un acuerdo programático (y político). Si así fue la cosa, es poco probable ver juntos en una misma bolsa a Doria Medina, Del Granado y Costas, que, en honor a la verdad, son políticos con fuerzas populares muy particulares y escasas por sí solas para hacerle frente al MAS y a Evo Morales, su seguro candidato presidencial del año que viene.
Además, la suma de alianzas con movimientos pequeños no garantiza su éxito. Así, el llamado Frente Amplio se pinta a un nuevo intento más de UN y Doria Medina.

Columna publicada en La Razón

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