A sólo 15 minutos de ingresar a cielo francés, una
fuerte sensación de sorpresa inunda el Dassault Falcon 900 FAB-001, el
avión presidencial. El piloto de la nave comunica al principal pasajero,
el presidente Evo Morales, que Francia acaba de impedir el paso por su
espacio aéreo de la nave de retorno a Bolivia. Es el segundo desplante
que sufre en el día, antes del cafecito que se atreve a reclamarle el
Embajador de España en Austria.
La noticia es
inimaginable a las 14.00, hora boliviana (hb), y 22.00, en Rusia, del
martes 2 de julio, cuando el aparato deja Moscú tras la reunión del
Mandatario con su colega Vladimir Putin en el Kremlin. El periplo
comienza sin mayores preocupaciones una vez conocida la decisión de
Portugal de revocar inesperadamente el permiso de sobrevuelo del aparato
oficial a través de su espacio aéreo. Morales tiene pastas,
camaroncitos y algunas carnes para comer, y toma jugo de frutas. Media
hora en el aire, desafía al “Pavote” —como llama al ministro de Defensa,
Rubén Saavedra— a una séptima partida de ajedrez, una concesión para
que éste intente reivindicarse de las cuatro derrotas contra una, además
de dos tablas, que sufrió en el vuelo La Paz-Moscú. El Presidente gana
una vez más y su contendor siente que está cansado por tanto trajín.
Son poco más de las 16.00 (hb) y unos minutos más después de la
medianoche en Europa. El FAB 001 está a más de dos horas de haber
decolado del aeropuerto Sheremétievo de Moscú. Ocurre algo incierto en
el viaje que debió terminar a primera hora del miércoles en La Paz,
horas antes de la reunión de gabinete en el Palacio de
Gobierno.“Presidente, debo informarle que Francia ha denegado el acceso
de nuestro avión a su espacio aéreo”, atina a decir preocupado el
piloto.
— ¿Qué quiere decir eso?
— No tenemos autorización.
— ¿Por qué?
— Así como informó Lisboa: “problemas técnicos”.
— ¿Qué pasará?
— Es peligroso pasar, no sabemos...
Morales, Saavedra; la jefa de gabinete, Patricia Hermosa; el periodista
de radio Patria Nueva Iván Maldonado, el edecán, el agente de seguridad
y cinco tripulantes del avión están expuestos ante una incertidumbre.
¡Qué raro! El ministro no sale de su asombro, considerando que, ante la
negativa de Portugal, la primera del periplo presidencial, sabía que
Francia era la siguiente opción camino a la escala técnica en España.
Hay que activar la emergencia. El piloto carga la peor crisis.
— Presidente, tengo que solicitarle que me autorice a volver a Rusia.
— ¿Dónde estamos?
— Sobrevolando Austria.
Un breve silencio invade el ambiente. Lo que parecía una viaje
tranquilo —con la octava partida interrumpida de ajedrez— se convierte
en una preocupación extrema. La disyuntiva es volver a Rusia, a dos
horas y media, o aterrizar en Viena, a media hora del momento tenso. Sin
aval francés ni portugués, no hay forma de llegar a Las Palmas, en las
Islas Canarias (España), a 5.190 kilómetros de distancia desde Moscú.
Este punto está previsto ahora para la recarga de combustible del avión
cuya autonomía de vuelo es de 8.340 kilómetros.
Morales duda y decide, ordena al piloto comunicarse con la torre de
control del aeropuerto Schwechat de Viena. Viraje obligado y conflicto
diplomático en ciernes.Mientras se ejecuta la operación de emergencia,
el Jefe del Estado le pide explicaciones jurídicas al Ministro de
Defensa. Es una situación “gravísima”, Francia acaba de violar los
tratados internacionales.
Y Maldonado especula e
ironiza: “¿No estarán creyendo que Edward Snowden está en el avión?”. Un
día antes, Morales había escuchado ese nombre cuando una periodista de
Rusia Today le preguntó sobre una eventual solicitud de asilo del
exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). “Si hay una
solicitud, por supuesto, estamos dispuestos a debatir, a analizar este
tema”, contestó el Mandatario.
Tras las
elucubraciones, hay novedades favorables para la comitiva. “Nos han
autorizado aterrizar”. Nervioso, el piloto está en contacto con tierra, a
pesar del tosco inglés de ambos interlocutores y la tensión.
— Buenas noches, control, Fox (F) Alfa (A) Bravo (B) 001.
— Fox Alfa Bravo 001, buenas noches. Información para aterrizar hb 16.
— Información para aterrizar en la pista 16, Fox Alfa Bravo 001.
— ¿Necesita alguna asistencia, Fox Alfa Bravo 001? ¿Necesita asistencia para el aterrizaje?
— No, en este momento necesitamos aterrizar, porque no podemos tener
una indicación correcta del indicador de combustible y, como precaución,
necesitamos aterrizar.
— Fox Alfa Bravo 001, correcto y continúe. Tiene que decirnos las coordenadas de su aproximación del descenso cada 0900.
— De acuerdo, les aviso cada 0900.
— Fox Alfa Bravo 001, puede continuar su descenso a 2.500 pies para entrar en el radar
— 2.500 pies, 001.
— Negativo, descenso a más de 2.500 pies por minuto mantén-gase a 900.
— 2500 pies o más por minuto nos aproximamos, 001...
El protocolo se cumple en dos minutos y 17 segundos. El Fox Alfa Bravo
001 está a punto de aterrizar. En tierra, un vehículo policial y al
menos tres funcionarios esperan a la comitiva. Son las 16.35, hora
boliviana (22.35, hora de Austria).
Los anfitriones
hablan con el piloto y éste cuenta que en el avión viaja el Presidente
de Bolivia. “Explíqueles la situación”, instruye Morales a Saavedra,
mientras el edecán alista los pasaportes de los 11
pasajeros.Presidente, están chequeando los documentos; lo van a
trasladar a la sala VIP del aeropuerto, informa.
Un
vehículo transporta a la comitiva 300 metros más allá. Instalado allí,
lo primero que hace Morales es comunicarse con el vicepresidente Álvaro
García Linera y, luego, con el canciller David Choquehuanca.
Mientras, el ministro Saavedra llama al encargado de Negocios de
Bolivia en Austria, Ricardo Martínez, a quien le pide que se comunique
con la Embajada de España en Viena. Y el piloto informa lo que se
suponía: Italia también obstruye el paso.
Conversación privada desde la capital austriaca, en tanto Bolivia acaba
de enterarse de que el Jefe del Estado y su delegación fueron impedidos
de continuar viaje a La Paz por decisión de Portugal, Francia, Italia y
España, no obstante, sobre este último país no hay información precisa.
Snowden. Aunque ya se sabe que una de las razones del bloqueo aéreo es
la supuesta presencia de Snowden en el avión presidencial, con mucho
reparo Choquehuanca informa que el argumento esgrimido por aquellos
países —coincidentemente miembros de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN)— son “razones técnicas”. “No podemos mentir a la
comunidad internacional llevando pasajeros fantasmas. Por eso queremos
expresar nuestra molestia, queremos expresar nuestro malestar porque se
ha puesto en riesgo la vida de un Presidente. Hemos visto
discriminación”.
Los gobernantes de Ecuador, Rafael
Correa; de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Nicaragua, Daniel Ortega, ya
se comunicaron con Morales. Le expresaron su solidaridad y decidieron
ponerse a su disposición a través de sus representantes.
Al sur, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, termina una
reunión en la Casa Rosada, la sede de gobierno. Uno de sus asistentes,
teléfono en mano, le dice que al otro lado de la línea está su colega
Correa. Pide que le pasen el contacto. Ella en babia, como dice. Raro,
siempre está “atenta y vigilante”.
Comienza su
relato por Twitter sobre la situación. “Hola, Rafa, ¿cómo estás? Me
contesta entre enojado y angustiado. ‘¿No sabes lo que está pasando?’”.
— Cristina, lo han detenido a Evo con su avión y no lo dejan salir de Europa.
— ¿Qué? ¿Evo? ¿Evo Morales detenido? ¿Pero qué pasó, Rafael?
— Varios países le revocaron el permiso de vuelo y está en Viena.
Fernández se indigna. “Están todos locos. Jefe de Estado y su avión
tienen inmunidad total. No puede ser este grado de impunidad”. Cuenta
que Correa llamará al presidente del Perú, Ollanta Humala, “para una
reunión urgente de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas)”. Luego,
llama a Morales. “Él me pregunta a mí cómo estoy”, ironiza. “Estoy aquí
en el saloncito del aeropuerto”, responde el Presidente.
Morales le narra los detalles y ella le explica algunas razones
jurídicas sobre el impasse. Luego de colgar el teléfono, Fernández llama
a Susana Ruiz Cerruti, experta en la Cancillería de su país. “Me
confirma inmunidad absoluta por derecho consuetudinario, receptado por
la Convención de 2004 y el Tribunal de La Haya”, comenta en la red
social.
Morales ya tiene más argumentos para defender
su idea sobre lo que le hicieron. Fernández habla para sus seguidores
del Twitter: “Si Austria no lo deja salir o quiere revisar su avión,
puede presentarse ante la Corte Internacional de La Haya y pedir una
medida cautelar. No sé si ponerme a reír o llorar”.
“Si no, podemos mandarle un juez desde acá”, especula. También se
comunica con su colega de Uruguay, José Mujica, de quien dice que, como
otros, está indignado por la situación. Correa ya hizo lobby con su
colega del Perú y vuelve a hablar con Fernández.
“Me
avisa que Ollanta va a convocar a una reunión de la Unasur. Son las
00.25. Mañana va a ser un día largo y difícil. Calma. No van a poder”.
Fernández deja de tuitear. En Quito, Correa cierra la noche con una
frase casi filosófica, que se convierte luego en su impronta verbal
sobre la crisis: “Horas decisivas para la Unasur. O nos graduamos de
colonias o reivindicamos nuestra independencia, soberanía y dignidad”.
Al otro lado del charco, el mandatario Morales expresa su molestia por
las más de tres horas de retención, precisamente antes del tercer
desplante. Llega el embajador de España en Austria, Alberto Carnero,
acompañado de dos sujetos.
Tras saludarlos, el
Presidente pregunta al diplomático cuál era la posición de España
respecto de la inicial autorización de aterrizaje en Las Palmas. Tenemos
que seguir órdenes, “quisiéramos que nos permita revisar el avión”,
responde con amabilidad Carnero, visiblemente nervioso. Morales se
enfada:
— ¿Usted me está pidiendo esa condición? Yo
no puedo permitir que revisen mi avión; está dudando de mi palabra como
presidente de los bolivianos. Nosotros tenemos una trilogía: ama llulla,
ama sua y ama qhella.
— No, Presidente.
El Jefe del Estado insiste en saber si España va a permitirle o no
llegar a su territorio y Carnero se retira, dice que consultará con su
Vicecanciller (Jesús María Gracia, aparentemente). Pasan unos minutos
del día 3 de julio en Bolivia y la sala VIP del aeropuerto se llena de
periodistas, Morales pide a Maldonado datos sobre Snowden. Un papelito
le sirve de ayuda memoria. Retorna el embajador, quien se atreve a algo
que enfada al Presidente retenido.
— Yo quisiera tomarme un cafecito con usted en el avión.
— Usted me está pidiendo tomar un cafecito, eso es discriminación. No soy delincuente ni mentiroso.
Termina el intento infructuoso del español. Enfada otra vez a Morales
al decirle que hable con el Vicecanciller. “No puedo hablar con su
Vicencanciller, que su Presidente (Mariano Rajoy) se comunique conmigo”,
refuta. Carnero no puede, dice que volverá a las nueve para comunicar
la decisión de su país. O sea, deja al Mandatario de Bolivia en ascuas.
Son poco más de las 03.00 en Bolivia (09.00 en Rusia). Llega el
presidente austriaco, Heinz Fischer. Ambos gobernantes se reúnen hasta
que regresa Carnero para informar que España decidió reponer la
autorización de aterrizaje en Las Palmas.
05.30
(11.30 en Austria). Decola el Dassault Falcon 900 y Morales y Saavedra
se aprestan a las dos últimas partidas, antes de llegar a Fortaleza
(Brasil), a las 17.15. Es 7 a 1 el resultado final. Paliza para el
ministro. Morales llegó a El Alto a las 23.40. Fue recibido por una
multitud.
Publicado en el suplemento Animal Político de La Razón
Fue un ‘bloqueo por razones políticas’
Dos días después de su periplo por Europa, seis
presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se reunieron
en Cochabamba de manera excepcional. El motivo: desagravio al presidente
Evo Morales, que un día antes había sufrido un bloqueo aéreo de parte
de Portugal, Francia, Italia y España.
El Mandatario
boliviano contó su indignación ante sus colegas de Argentina, Cristina
Fernández; de Ecuador, Rafael Correa; de Venezuela, Nicolás Maduro; de
Uruguay, José Mujica, y de Surinam, Desi Bouterse, además a delegados de
Brasil, Chile, Colombia y Perú, también miembros del bloque regional.
Ésta es una parte del relato:
No solamente fue una
preocupación, sino ocupación de los presidentes de Sudamérica con sus
llamadas telefónicas, condenando este abuso arbitrario de algunos
gobiernos de Europa. Estamos convencidos, y más informados, por la
imposición del Gobierno de Estados Unidos.
Quiero
saludar y agradecer esta gran solidaridad, que no es solamente con Evo,
sino con el pueblo boliviano y los pueblos de América Latina y el
Caribe. En esa oportuna movilización, nuestras fuerzas sociales, como
siempre y como nuestros antepasados, están presentes para defender la
dignidad de los pueblos de América Latina.
Yo volvía
muy contento de la reunión con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
La ruta de retorno era Rusia-Portugal-Guyana-La Paz. Antes de empezar la
reunión con Putin, nuestros pilotos y tripulantes nos informaron que
nos habían prohibido aterrizar en Portugal, “por razones técnicas”.
Ahora me doy cuenta de que no era por razones técnicas, sino por razones
políticas.
Hemos respetado (la decisión), pedimos a
nuestro piloto y al Canciller que consigan otra ruta donde hacer
recarga (de combustible) y España nos autorizó en Las Palmas, en las
Islas Canarias. Teníamos todo el trayecto con autorización, pasando por
Alemania, España, Portugal, Italia y Francia. Sin embargo, a pocos
minutos de ingresar a espacio aéreo francés, información de la torre de
control nos dice que no podíamos cruzar por Francia; el piloto del avión
nos pregunta qué hacer y nos recomienda volver de emergencia a Rusia.
Evidentemente, había problemas de combustible y, frente a esta
situación, decidimos aterrizar de emergencia en Viena, Austria.
Aterrizamos e informamos al personal del aeropuerto. Como era un
aterrizaje de emergencia y de urgencia, el personal (nos recibió) como
cualquier protocolo (en los protocolos siempre se acercan y dicen qué
tenemos que hacer). Bajamos y nos acompañaron (saludo al presidente de
Austria, Heinz Fischer, y su personal por las atenciones). Nos quedamos
allí, llamamos al Vicepresidente y al Canciller para saber qué hacer y
realizar trámites. Después de unos minutos, el piloto nos informa que de
la torre le comunicaron que tampoco teníamos autorización de paso por
Italia, Portugal, y después apareció el embajador de España en Austria
(Alberto Carnero) y nos dice que si queríamos autorización para
aterrizar en Las Palmas, deben revisar el avión presidencial. Nos ha
sorprendido, es decir, no había paso ni por España ni por Francia ni por
Italia ni Portugal. Nuestro piloto dijo que “se agravó (la situación),
no tenemos salida”.
Aprovecho la oportunidad para
agradecer las llamadas de emergencia de los presidentes Maduro, Correa,
compañera Cristina, que me enseñaba la parte jurídica, nos explicaba
cómo podíamos retirarnos con tantas llamadas (dos o tres), y también al
hermano Correa, he anotado las llamadas, cuatro, récord… El hermano
Maduro, dos o tres llamadas también. Hubo muchas llamadas de seguridad y
preocupación por cómo resolver el problema.
Quiero
decirles que nunca faltamos a la verdad; a veces somos tergiversados o
tal vez podemos equivocarnos, pero desde mi familia y la de la familia
de los pueblos indígenas, jamás mentimos.
La posición
del embajador de España en Austria fue muy preocupante. Se me acerca y
me dice “Presidente, he venido a revisar el avión”, con dos funcionarios
de su legación. Yo le dije “¿qué tiene que revisar?”. Le dije que no
conozco al señor Edward Snowden. Nos informamos que es un exagente en
tránsito.
“Usted no puede entrar en el avión, no
conozco a ese señor”. Se levanta, sale y conversa con su vicecanciller, y
me dice que había sido acuerdo de cancillerías para controlar; yo no
supe de mi Canciller sobre el control. Yo dije “si a mí, al Presidente,
no le cree, entonces el embajador me está tratando de mentiroso. Yo no
soy mentiroso”.
Otra vez se retira y conversa con su
vicecanciller. “Tenemos que controlar si quiere salir”. Además de eso,
por más que nos hubieran dado permiso para que salgamos, no había
permiso para pasar por Italia. Portugal y Francia, hasta ese momento.
Otra vez vuelve y me dice “por qué no nos invita un cafecito en el avión
y así podemos revisar el avión”. Yo le dije: “Embajador, yo no soy
ningún delincuente para que usted controle el avión. Usted, cuando
insiste, me está tratando de mentiroso y de delincuente”.
Otra vez se retira y me pide que converse con su vicecanciller. “Yo no
tengo nada que hablar con su vicecanciller; si quieren hablar conmigo,
que se comunique su Presidente y no su vicecanciller. Tenemos derecho,
somos autoridades”.
Finalmente, después de tres
intentos, me dijo textualmente: “No podemos autorizar su vuelo, a las
nueve de la mañana del día siguiente vamos a informarle después de
conversar con nuestros amigos”. Yo le pregunté quiénes eran sus amigos,
si son sus amigos europeos quienes nos bloquearon. No dijo nada y se
retiró y tuvimos que esperar hasta las diez de la mañana del día 3 de
julio.
Eso informé a quienes nos llamaron. Saludo esa
fortaleza que me dieron los presidentes. Me dijeron: “Evo, no tienen
por qué controlar el avión”. Con ese apoyo, (me dije) que nadie va a
entrar en el avión.
Lamento mucho que hayamos sido
detenidos por más de 13 horas en el aeropuerto de Austria. Saludo a los
embajadores del Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América), que me acompañaron toda la madrugada hasta que salimos.
También se presentó temprano el Presidente de Austria, preocupado, y me
acompañó hasta el momento en que volvió el embajador de España. Y
retornó entre las 09.00 y 10.00, hora europea, para decirme “puede
retirarse en cualquier momento, tiene autorización”. Según información
de la tripulación, faltaba la orden de vuelo; hemos esperado media hora
para salir.
Hubo buen acompañamiento de parte del
Presidente de Austria. Si es agresión o provocación, no es a Evo, sino a
los movimientos sociales, al movimiento indígena originario.
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