jueves, 22 de noviembre de 2012

El chimán Del Granado

La Razón / Rubén D. Atahuichi López
00:25 / 20 de noviembre de 2012
 
El líder del Movimiento Sin Miedo (MSM), Juan del Granado, respondió ayer por adelantado la pregunta 29 del Censo de Población y Vivienda. “Yo me voy a identificar como chimán; sí, porque quiero identificarme con los pueblos indígena originarios que están defendiendo el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure) frente a la política criminal del Gobierno contra los pueblos indígenas”.
Que yo sepa, el dirigente no es indígena y, a lo sumo, debe ser descendiente quechua, por su origen cochabambino. Obvio, no tiene rasgos de chimán, ciudadano nacido en la Amazonía del país. Como Del Granado, decenas de opositores al Gobierno, intelectuales mestizos, activistas sociales y políticos o webactores han ejercitado en los últimos meses una eventual respuesta a través de las redes sociales: TIPNIS, mojeño o chimán (tsimane).
“Como boliviana o boliviano, ¿pertenece a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afroboliviano?”, dice la pregunta de marras. Enseguida, describe otras subpreguntas, se podría decir: Sí, ¿a cuál? (están anotadas 37 nacionalidades), No pertenece y No soy boliviano o soy boliviano.
Si leemos la pregunta a pie juntillas, se refiere a la pertenencia que puede tener una persona con relación a los pueblos o naciones indígena originario campesinos. No se refiere a la identificación que un sujeto puede tener respecto de un grupo social al que no pertenece.

No voy a abundar en esta discusión política, sociológica o antropológica que ha tenido suficiente espacio en los últimos meses. En mi modesta opinión, la identificación con las luchas sociales no cabe en ninguna de las 49 preguntas de la boleta censal.
Así, considero que es irresponsable pretender una respuesta alejada del real sentido de pertenencia. Una actuación en esa línea expresa una posición meramente politizada, a la que no debería estar expuesto el censo, un acontecimiento altamente cívico y democrático que requiere compilar información fidedigna para el diseño de políticas públicas de los próximos diez años.
Claro, quienes se plantean ese tipo de respuestas a la pregunta 29 quieren manifestar así su oposición a la administración de Evo Morales, al que no le pertenece ni políticamente ni personalmente el censo. Que a éste se opongan o resistan en comicios llamados para revocarlo o elegirlo, tienen todo el derecho; 2014 está cerca y ya comenzaron afanes con ese fin.
Cierto, la omisión de la opción mestizo —eliminada en censos de otros países— en la papeleta censal creó susceptibilidades políticas. Pudo ser una decisión adrede y quizás justificada por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero no implica un motivo para una respuesta ajena al sentido del censo. Buena parte de los bolivianos somos mestizos, y entre éstos otros tantos tienen origen o identidad con cualquiera de los 37 pueblos y naciones indígena originario campesinos.
Que el censo recoja datos reales sobre nuestra realidad y nuestras necesidades. Que Del Granado apoya a los indígenas desde las marchas por el TIPNIS, lo sabemos todos, como que no es chimán ni otra sangre parecida. En línea con esos contrasentidos motivados por sentimientos políticos, ayer alguien se preguntaba con sorna en las redes sociales: ¿por quién vas a votar en el censo? El evento de mañana no es una elección, es una participación cívica y democrática; nada más tan importante.

Columna publicada en La Razón

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